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lunes, 20 de octubre de 2014

Distintos Caminos -- Distintas Historias -- Camino del Norte (Irun-Santiago por el camino primitivo)

Empezamos con una seria de relatos de distintos peregrin@s en sus distintos caminos, habrán relatos que se repitan pero ningún sera igual, ya que para cada persona el camino se vive de una manera distinta y diferente.
Bueno aquí os dejo con el Camino del Norte por Miriam Yélamos Puerta (España)

  
 

                                                                        
 

"Tras varios meses decidida a realizar una gran aventura, un 15 de julio me puse destino a Irun, con la única compañía de una mochila.
Eran las 7 de la mañana, bajé del bus, recuerdo que hacía algo de fresco acentuado por la humedad y una olor peculiar que me recordaba que estaba fuera de casa.
Con ayuda de las primeras flechas amarillas que vi me dirigí a la Asociación donde otros peregrinos que habían pasado la noche allí me indicaron cómo empezar, bueno, la verdad que no era muy difícil, solo había que jugar a seguir unas flechitas amarillas.
Así comencé a caminar, entusiasmada por pisar lugares que nunca había visto, con el verde por identidad, observando cada detalle como solo se hace por primera vez.
Comencé caminando sola, pero ya el primer día conocí gente encantadora… Antes de comenzar alguien me dijo que el camino de pone a la persona adecuada en el momento y lugar oportuno, sinceramente, desde mi propia experiencia no puedo estar más de acuerdo con ello. A modo general, lo mejor con lo que me quedo de las personas que he encontrado es que cada uno a su manera forma parte de una gran familia con la que te encuentras día tras día y con quienes creas una enorme confianza.
¡Y qué decir de los lugares!, lo que más me gustó (tal vez por ser los primeros días) fue el País Vasco, esa fusión perfecta entre playa y montaña.
Pasaban los días y no dejaba de ilusionarme el pensar dónde dormiría al día siguiente, cómo sería el paisaje con los primeros rayos de sol, si aún me seguiría sorprendiendo al sentirme paradojicamente, perdida y encontrada en medio de cualquier lugar.
Pasadas ya unas dos semanas decidí abandonar el Camino de la Costa para unirlo con el Primitivo desde Oviedo … ¡sabia decisión ;)! , más sorpresas me esperaban antes de llegar a Santiago, entre ellas paisajes de montaña impresionantes y  personas muy especiales con las que compartí mucho más que caminar.
Finalmente, tras 30 días imposibles de describir en estas líneas llegaba a Santiago. Había pasado mucho tiempo pensando cómo sería aquel momento.. ¿Tendría ganas de acabar y volver a lo de siempre?, ¿me reencontraría con otros peregrinos que había conocido en las primeras etapas?, ¿Qué sentiría cuando todo esto acabase?
Pues bien, desde la llegada a Melide, donde confluyen ya diversos caminos, sentí que todo acababa a ritmo acelerado, al menos en su esencia: había sido muy especial encontrar caras conocidas durante 1 mes y las palabras “buen camino” habían tenido mucho significado, palabras cargadas de ánimo y complicidad.
Volviendo al momento de la llegada, mi mente era una especie de álbum de fotos que pasaban rápidamente dejándome entrever lo rápido que había pasado todo, así sentí que el camino había sido una gran metáfora de la vida misma donde era evidente que su final no era ni mucho menos la mejor parte".

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